Baja de los dormitorios, algo mareada. No ha dormido mucho, se encontraba mal para eso. Al ver que no hay nadie sonríe interiormente, porque no lo haría por fuera, solo sería una mueca de su estado. Bufa, y a paso lento, llega al sofá, donde se deja caer y se acurruca, agarrandose las piernas con los brazos.